Las acciones de BlackLine, un desarrollador de productos de automatización contable, se cotizan 65% por debajo de sus máximos. Por un lado, las empresas están recortando los presupuestos para la innovación tecnológica, lo que afecta negativamente a los ingresos de BlackLine y, por otro lado, los despidos masivos de trabajadores, incluidos los empleados de los departamentos financieros, deberían generar una mayor demanda de soluciones digitales más económicas para optimizar el flujo de documentos. Por lo tanto, las acciones son de gran interés para los inversores a largo plazo. Los servicios de la compañía son utilizados por representantes de diversas industrias. Por ejemplo, entre sus clientes se encuentran empresas como Chevron, Salesforce, Boeing y muchas otras. Tal versatilidad es un factor clave del éxito de BlackLine, que permite no depender de ninguna dirección. Además, un gran número de corporaciones conocidas entre sus clientes hace posible moverse efectivamente entre el segmento de las pymes, de donde provendrá la mayor parte de los nuevos clientes en un futuro previsible. El mercado objetivo total se estima en $28 mil millones, mientras que los ingresos anuales actuales de BlackLine son solo alrededor de $500 millones.