Tesla es una empresa única cuando se trata de formar el precio de sus acciones. Los valores se dispararon mucho antes de que el fabricante pudiera organizar una producción estable de autos eléctricos, gracias en gran parte a la reputación de Elon Musk. De hecho, Tesla a menudo no cumple sus promesas de lanzar nuevos modelos y productos. Sin embargo, uno tiene la sensación de que la audiencia principal está invirtiendo en TSLA no por ganancias instantáneas, sino porque cree en la capacidad de Musk de cambiar seriamente nuestra vida cotidiana y se enfoca en una perspectiva a largo plazo.

Las acciones de Tesla se cotizan 60% por debajo de sus máximos. Esto se debe a la corrección general del mercado que se ha estado produciendo desde finales del año pasado. Sin embargo, los participantes del mercado están hablando sobre varios factores que puedan empeorar la posición de la empresa en el futuro. Por ejemplo, muchos analistas dicen que la caída de los precios de la gasolina debería disminuir las ventas de autos eléctricos.
Sí hace unos meses los estadounidenses pagaban 5 dólares por galón de gasolina, actualmente es alrededor de $3.6 por galón, o casi lo mismo que en enero de 2022. Pero la influencia de dicho factor está exagerada, porque el costo de la gasolina no es el principal estímulo para los compradores. Alejarse de los combustibles fósiles es una tendencia a largo plazo impulsada por subsidios gubernamentales como los de EE.UU. y China. Además, los petroleros predicen que la demanda de combustible superará la posible oferta en los próximos años y esperan mayores aumentos de precios. En otras palabras, las fluctuaciones a corto plazo en el mercado de combustible no deberían afectar seriamente tanto a los compradores de automóviles eléctricos como a los compradores de acciones de Tesla.
Un motivo de mayor preocupación es la baja en el costo de los modelos usados ​​de Tesla en un promedio del 15% después del pico de verano. Si esta dinámica continúa, la presión sobre las ventas de nuevos modelos puede aumentar. Para fines de 2022, el volumen de producción trimestral de vehículos eléctricos debe alcanzar las 500 mil unidades, y en 2023 las fábricas de Austin y Berlín permitirán aumentar la producción. Sin embargo, los productos de Tesla difícilmente pueden clasificarse como producidos en masa: aquellos que quieren gastar decenas de miles de dólares en un automóvil tienen más probabilidades de querer comprar un automóvil nuevo por un poco más, que ahorrar un poco y conformarse con automóviles usados.