Las acciones de Roku, uno de los representantes más prometedores del segmento de la televisión “inteligente”, han caído 90% desde sus valores máximos. Inicialmente, la compañía era parte de Netflix, donde decidieron desarrollar la plataforma de streaming y los decodificadores bajo diferentes marcas, pero por temor a la competencia con otros representantes de la industria, como Apple TV, se tomó la decisión de separarlas. Desde entonces, Roku ha sido uno de los principales beneficiarios de la transición de los usuarios de la televisión lineal a la conectada. La principal fuente de ingresos de la compañía es la publicidad. En 2022, el mercado publicitario estuvo extremadamente débil, también debido a las fuertes tensiones geopolíticas. Sin embargo, la naturaleza cíclica del segmento permite esperar una pronta mejora en la situación con los ingresos. Este problema es conocido y ya está incluido en el precio actual, por lo que es poco probable que las cotizaciones puedan sufrir aún más. Actualmente tiene más sentido analizar el futuro de la compañía, no el pasado. La gerencia espera que la compañía vuelva a ser rentable en 2024 y aumente su margen EBITDA al 10% (el máximo fue del 17%), lo que debería dar un buen impulso a sus acciones. La rentabilidad del negocio tendrá una importancia decisiva para los inversores, porque se espera que el crecimiento de los ingresos en 2023 sea del 10%, mucho menos que en 2020 y 2021.