En medio de la calma en el mercado, Ethereum sigue siendo la principal fuente de noticias en la industria de las criptomonedas. Una vez más, estamos hablando del staking de ETH en la red para verificar una transacción y obtener ingresos pasivos. A muchos les preocupaba que después del lanzamiento de la actualización Shapella y la activación de las posibilidades para retirar monedas de una cuenta especial a mediados de abril, los validadores se apresurarían a salir y comenzarían a vender sus monedas para tener dinero fiduciario más confiable en sus manos. Sin embargo, esos temores no se cumplieron. Desde entonces, otros 3 millones de ETH fluyeron a la cuenta, y la participación del staking de ETH de la emisión total se acercó al 18%. Resulta que prácticamente uno de cada cinco tokens ETH emitidos está bloqueado con el propósito de almacenamiento a largo plazo. Aparentemente, antes, los inversores no tenían mucha prisa por dejar los tokens durante mucho tiempo debido al hecho de no tener un mecanismo de retiro, y actualmente, después de la implementación de la actualización Shapella, pusieron su dinero a la cuenta de manera más activa, sabiendo que pueden retirarlos. Se están desarrollando opciones para colocar ETH a una cuenta a través de protocolos de terceros, por ejemplo, LIDO, lo que permite obtener simultáneamente rendimientos del staking y continuar usando su capital (a cambio, los inversores reciben derivados basados en ETH). En otras palabras, hay una base sólida para una presión deflacionaria seria que tendrá un impacto positivo a largo plazo en el precio de ETH.