Las acciones de COF están 50% por debajo de sus máximos, y la empresa lo está aprovechando. El índice de recompra del 19.3%, combinado con un rendimiento de dividendos del 2.7%, permitió a Capital One entrar en el top de los más generosos. Las acciones tienen una gran demanda entre los inversores de valor, como el fondo Oakmark, que gestiona más de 45 mil millones de dólares. La principal especialización de Capital One es la emisión de tarjetas de crédito y préstamos automotrices, que se emiten a prestatarios de alto riesgo o, en otras palabras, a personas con un riesgo crediticio elevado. Es un negocio rentable, pero bastante arriesgado. Sin embargo, la empresa cree que tiene un modelo de evaluación de riesgos sólido. El prestamista no solo tiene un margen más alto en comparación con los competidores, sino también supera significativamente los requisitos de los reguladores para la suficiencia de capital: 13.6% frente al 6% requerido. Según este indicador, Capital One no se queda atrás de los jugadores más grandes, como JP Morgan (14.1%) o Bank of America (12.8%). La emisión de préstamos caros se financia con las cuentas de sus clientes. No solo es barato, sino también una fuente estable de capital. Durante los últimos 10 años, Capital One ha estado recibiendo rendimientos entre 10% y 15% sobre su capital tangible (tangible equity). Teniendo en cuenta el entorno económico actual, es poco probable que el interés por los servicios de la empresa disminuya significativamente en el futuro previsible, lo que significa que las acciones de COF son adecuadas para los inversiones a largo plazo con un potencial de crecimiento de 30-40% tras el inicio de procesos de recuperación en el mercado.