Las acciones de BA se cotizan 50% por debajo de sus niveles de principios de 2020, pero durante los últimos dos meses han superado seriamente al mercado amplio en términos de rentabilidad, con un aumento de más del 40% desde principios de octubre.
Dicha dinámica, en gran medida, está relacionada con los pronósticos de la empresa sobre el flujo de caja libre. Si el año pasado el indicador fue negativo (-4.4 mil millones de dólares), este año se espera un número entre 1.5 y 2 mil millones de dólares. Además, para 2025, la empresa planea aumentar la entrada de "efectivo" a $10 mil millones. Boeing considera que la demanda actual es lo suficientemente fuerte como para aumentar la producción a 50 aviones por mes, incluso excluyendo a China de la lista de compradores, lo que definitivamente es una señal extremadamente alcista.
Vale la pena señalar el hecho de que en los próximos años se dará preferencia a los aviones de fuselaje ancho, como el Boeing 787, cuyo precio puede ser casi tres veces superior al de sus análogos de fuselaje estrecho. En octubre, los compradores encargaron 106 aviones de fuselaje estrecho y 16 de fuselaje ancho por un total de 7.9 mil millones de dólares. En comparación con los resultados del año pasado, la mejora es clara: hace un año se encargaron únicamente 10 unidades, 3 de las cuales se cancelaron, lo que resultó que el volumen de pedidos netos fue de $0.36 mil millones. En total, desde principios de año, se han realizado pedidos por $40.1 mil millones, mientras que para el mismo período del año pasado solo por $24.8 mil millones. El Boeing 737 MAX, devuelto a producción, debe ser considerado el culpable de los cambios positivos.
Vale la pena prestar atención al aspecto negativo: el gráfico inestable de producción de aviones. Desde principios de año, se produjeron 363 aeronaves por un valor de $25 mil millones, mientras que el año pasado, 268 unidades por un valor de $20.5 mil millones. Todo parece no estar tan mal, pero echemos un vistazo más de cerca a las estadísticas. En septiembre, 51 aviones salieron de las líneas de montaje, y en octubre fueron 35. El hecho es que al final del trimestre, Boeing siempre está tratando de pasar la mayor cantidad posible de unidades por la etapa final de producción con el objetivo de unos números más bonitos en su informe, por lo que los indicadores de los meses siguientes se ven afectados.
Durante la crisis, el fabricante pudo preparar una gran cantidad de aviones, que solo necesitaban un toque final para estar completamente listos. Por eso Wall Street no es demasiado optimista sobre los ritmos de la producción actuales. La capacidad de establecer una producción estable jugará un papel decisivo en el futuro de la empresa. Al poder establecer el proceso, los inversores podrán estar completamente seguros en el inicio de los procesos de recuperación y las acciones recibirán un impulso para volver a los valores anteriores al coronavirus.