Las acciones del conglomerado de medios Walt Disney se cotizan 50% por debajo de su máximo. El portafolio diversificado de la compañía incluye parques temáticos, estudios de cine y televisión, y una plataforma de streaming para la interacción directa con los usuarios (D2C). Disney posee muchas franquicias exitosas como Mickey Mouse, Star Wars, The Avengers, etc.
Actualmente, la compañía está invirtiendo activamente en su servicio de transmisión Disney+, que hasta ahora ha tenido grandes pérdidas. En comparación, el margen operativo de la plataforma es menos 14%, mientras que de su competidor más cercano, Netflix, es el 15.5%. Se espera que a largo plazo la distribución de contenidos sin intermediarios permita a Disney ganar muchísimo dinero, pero por el momento no todo va tan bien como quisieran los inversores, e incluso la propia junta directiva.Un hecho indicativo es que en noviembre del año pasado, Bob Iger regresó como CEO de la compañía, quien anteriormente había ocupado un puesto directivo. Fue bajo su liderazgo que Disney realizó adquisiciones extremadamente exitosas de Pixar, Lucasfilm y Marvel Entertainment. Iger anunció recientemente una importante reestructuración: el negicio se dividirá en siete departamentos, los costos se reducirán en 5.5 mil millones de dólares y la plantilla se reducirá en 7000 empleados (3% del total).
Disney es una historia a largo plazo: la fortaleza de la marca no permite pensar en serios problemas financieros para la compañía, pero tampoco hay razones importantes para el optimismo. Es muy posible que en un futuro previsible, en medio de una corrección general del mercado, las acciones de DIS regresen a mínimos locales alrededor de $80, donde comenzarán a ser de interés para abrir operaciones largas.