Las acciones de Southwest Airlines todavía se cotizan 35% por debajo de sus niveles previos a la pandemia, a pesar de una mejora significativa en la situación epidemiológica en el mundo que ha contribuido a fortalecer la salud financiera de la aerolínea. Southwest fue el primer jugador importante de la industria en anunciar la reanudación de los pagos de dividendos a sus accionistas por un monto de $0.18 por acción (1.8% de rendimiento). Por supuesto, no es muy impresionante en términos de cantidad, pero tal paso es un testimonio elocuente tanto de estar superando los problemas del coronavirus, como de la confianza de la empresa en el futuro.
A finales de 2022, la compañía prevé que el tráfico de pasajeros sea 4.5% inferior al de 2019, mientras que en 2023 el número debería superar los valores anteriores al coronavirus en 10%. No se trata solo del tamaño de la demanda, hablamos de la capacidad de Southwest para preparar la cantidad necesaria de aviones y tripulación. Cuando otras aerolíneas comenzaron a hablar sobre la escasez de pilotos, Southwest estaba aumentando los programas de capacitación y brindando un plan detallado de los requisitos para contratar y capacitar a 1200 pilotos este año y más de 2000 el próximo.
Cabe señalar la flexibilidad de la empresa en cuanto a la compra de aeronaves. Boeing y Airbus están teniendo dificultades para producir nuevos modelos debido a la escasez de materias primas industriales, por lo que Southwest redujo las compras de Boeing 737 MAX 7 a favor de MAX 8. A corto plazo, esta medida puede causar algunos problemas, pero a largo plazo debería aumentar la eficiencia de los vuelos e incrementar los ingresos. Por supuesto, esto incluye una recompensa para los inversionistas que decidan comprar acciones de LUV con el objetivo de un mayor desarrollo empresarial de Southwest.